El Espíritu de la Verdad y el Confortador

Kaleem Tahseen
Por Kaleem Tahseen agosto 23, 2021 22:48

El Espíritu de la Verdad y el Confortador

¡GLORIA SEA AL SEÑOR!

¿Cuántas veces has orado con estas palabras?:

“Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre. Venga tu reino. Hágase tu voluntad así en la tierra como en el cielo.” “Danos hoy nuestro pan de cada día…” (Lucas 11: 2-3; Mateo 6:9-11).

Esta es la oración más importante enseñada por Jesús y se ha repetido una y otra vez por millones de cristianos durante dos mil años. Esta oración tiene dos características sobre salientes; la primera es el ruego para que el Reino de Dios se establezca en la tierra y la segunda es la súplica por el pan de cada día. Estas palabras se recitan una y otra vez por la mayoría de la gente creyendo que el “pan de cada día” sólo significa el pan físico hecho a base de trigo o de centeno. Se ha perdido la belleza y el verdadero significado de la oración. Pero si se reflexiona sobre los dichos de Jesús de manera sincera en esta frase:

“Danos hoy nuestro pan de cada día” tendría un significado totalmente nuevo.

Jesús, al pedir que oremos por nuestro pan de cada día, nunca se refirió a que únicamente nos preocupáramos por llenar nuestros estómagos. El pan al que se refería Jesús era totalmente diferente. Leemos en la Biblia que el diablo, tentando a Jesús, le dijo:

“Si eres Hijo de Dios, ordena que estas piedras se conviertan en pan”. “Pero él respondió y dijo, está escrito, ‘El hombre no vive sólo de pan, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios.’” (Mateo 4:3-4)

Más adelante, Jesús explica el significado de estas palabras en términos más sencillos. Jesús dice:

“Porque el pan de Dios es aquel que desciende del cielo y da vida al mundo.” Entonces le dijeron: Señor, continúa dándonos este pan “(Juan6:33-34)

La referencia a este pan celestial también se puede encontrar en el Antiguo Testamento. (Deuteronomio, capítulo 8, versículo 3) dice también que “El hombre no vive sólo de pan, sino de toda palabra que sale de la boca del Señor:” En otras palabras, el alimento espiritual del hombre viene de las palabras de Dios que continuamente, han sido pronunciadas en todas las épocas a través de sus profetas y mensajeros. La gente de la época de Moisés fue bendecida con esta alimentación espiritual, revelada por Dios a través del profeta Moisés, y los seguidores de Jesús subsistieron con este mismo tipo de pan celestial.

Jesús, a través de esta sencilla oración, nos ha enseñado a esperar, tener fe y rezar por más y más de este pan celestial, día a día, pues es así como el pan de trigo y los alimentos son necesarios diariamente, el pan espiritual lo es aún más. El pan de ayer fue una bendición para el pueblo de ayer. Pero no puede satisfacer el hambre de hoy, de la misma manera que la lluvia del año pasado no puede salvar la cosecha actual de la sequía. Dios, el Padre Generoso, no ignora las oraciones de Sus hijos hambrientos. Esto ha sido bellamente expresado por Jesús. Él dijo:

“¿Qué hombre hay de entre vosotros, que, si su hijo le pide pan, le dará una piedra?” “¿O si le pide un pescado, se le dará una serpiente? “Pues si vosotros, siendo malvados, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿Cuántos más regalos dará vuestro Padre que está en los cielos a los que se lo pidan?” (Mateo 7:9-11)

Anuncios de Jesús sobre el futuro:

 “Jesús nos ha dado una de sus profecías más grandes a través de una simple historia, conocida como la parábola de la viña”. (Mateo 21, Marcos 12, Lucas 20)

 Esta parábola nos habla de un hombre que plantó una viña, y la dejó Al cuidado de los labradores, mientras que él viajó a un país lejano. Cuando llegó el momento de la cosecha, envió a un siervo tras otro para recoger el fruto, pero cada uno de ellos murió o recibió una paliza por prendido contra ellos, y que su viña, es decir, su Reino y el regalo de la profecía, se les quitaría y se le daría a otra nación. Ahora, ¿quién es esta “nación” a quien se le dio el regalo de la profecía, y que heredó las bendiciones retiradas a los judíos errantes? La nación que se menciona aquí no puede ser otra que la nación formada por los descendientes de Ismael, el hijo de Abraham… el hombre que fue expulsado de su casa… la piedra que desecharon los nombres de otros dioses morirá.”

Jesús confirmó las profecías de Moisés y dejó claro asegurándoles a sus discípulos que llegaría un Profeta, el cual no hablaría por su propia cuenta: “Tengo aún muchas cosas que deciros, pero ahora no las podéis sobrellevar.

 “Pero cuando venga el Espíritu de la Verdad, él os guiará a toda la verdad, porque no hablará por sí mismo, sino de todo lo que él oiga, y os mostrará las cosas que están por venir.” (Juan 16:12)

Claramente Jesús hace referencia a un Profeta, un humano, el cual tendría la capacidad de hablar lo que escuche. La palabra espíritu, es utilizada en la Biblia para referirse a los profetas. “Amados, no creáis a todo espíritu, sino probad los espíritus si son de Dios; porque muchos falsos profetas han salido por el mu parte de los labradores. Por último, envió a su hijo para recoger la cosecha, pero el hijo también fue asesinado. En este punto, Jesús preguntó a sus discípulos que tipo de ¡GLORIA SEA AL SEÑOR! (1Juan 4:1)

De igual forma en estas profecías Jesús reafirma que un profeta glorioso, que será de hecho, el verdadero “Espíritu de la Verdad castigo esperaban que el dueño de la viña infligiera a los labradores malvados. Los discípulos respondieron: “Él destruirá miserablemente a esos hombres malvados, y dejará el cuidado de su viña a otros labradores que le paguen el fruto a su tiempo.” Entonces Jesús les recordó:

 “¿Nunca ha leído en las Escrituras: La misma piedra que desecharon los constructores, se ha convertido en la piedra angular, ¿es el Señor quien hizo esto y es maravilloso a nuestros ojos? ‘“ . “Por tanto os digo: Se os quitará el Reino de Dios, y será dado a una nación que produzca frutos de él”. Esta pequeña historia contiene una profecía sobre el destino de los judíos que estaban a punto de crucificar a Jesús. Habían rechazado a un profeta tras otro profeta, finalmente dirigieron su ira en contra de Jesús, a quien se había llamado el hijo. Jesús explicó que la ira de Dios había constructores. Pues Dios habló de Ismael, diciendo: “Yo haré de él una gran nación”. (Génesis 21:18)

 Y otra vez a su padre, Abraham,

“En tu simiente todas las naciones de la tierra serán bendecidas”. (Génesis 22:18; Hechos 3:25, Gálatas 3:8-9)

Uno de los referentes más claros de esta transferencia del Reino de Dios a los ismaelitas aparece en el Deuteronomio, capítulo 18, versículo 18.

 “Yo (Dios) les suscitaré un profeta de entre sus hermanos, como tú (Moisés), y pondré Mis palabras en su boca, y él les dirá todo lo que Yo le mande. Y sucederá que cualquiera que no oyere mis palabras que él diga en Mi nombre, Yo lo requeriré de él.” Pero el profeta que se atreva a decir una palabra en Mi nombre, que yo no le haya mandado hablar, o que se hablé en aparecerá después de él, que profetizará lo que aún está por venir.

 Todas estas profecías bíblicas se han cumplido al pie de la letra, con la llegada del Profeta Muhammad (que la paz y las bendiciones de Dios sean con él), que apareció en Arabia unos seis siglos después de Jesús. Fue del tipo de Profeta como Moisés, pues trajo una nueva ley y Dispensación. Era descendiente de Ismael, la simiente de Abraham, y por lo tanto era de los “hermanos” de los Israelitas, como exigía la profecía. Él no hablaba por sí mismo, sino que transmitía las órdenes de Dios palabra por palabra al mundo, las cuales se registraron en ese momento en un libro conocido como el Corán.

Dios había especificado que este profeta hablaría “en Mi nombre” y así lo hizo. Pues cada capítulo del Corán empieza con las palabras: “En el nombre de Dios, el Clemente, el Misericordioso.” No hay ningún otro profeta que haya afirmado haber cumplido esta profecía, excepto Muhammad (la paz sea con él). Ningún otro profeta de entre los descendientes de Abraham, excepto Muhammad (saw), afirmo haber sido enviado para bendecir a todas las naciones. Incluso, Jesús vino sólo a “reunir las ovejas perdidas de la casa de Israel”. Por otra parte, al considerar su nacimiento milagroso, la designación “simiente de Abraham” no podría aplicarse a Jesús. El tercer capítulo del libro de los Hechos también ha verificado el hecho de que esta profecía aún no se había cumplido. Dice:

 “Y Él enviará a Jesucristo, como se os había anunciado; “A quien el cielo debe recibir hasta los tiempos de la restitución de todas las cosas, de los cuales habló Dios por boca de sus santos profetas desde el principio del mundo. “Porque Moisés dijo a los padres, El Señor, vuestro Dios elevará a un profeta de vuestros hermanos, como a mí, cualquier cosa que él os tenga que decir le habéis de escuchar.”

 “Y acontecerá que toda alma que ¡no oiga a aquel profeta, será desarraigada del pueblo”. (Hechos 3: 20-23)

Es decir, antes de esto ocurra, el Profeta que prometió Moisés aparecerá, y el Reino de Dios será restaurado en la tierra. Y así ha sucedido. A pesar de que Jesús ha Mencionado claramente la venida de otros profetas después de él, y nos ha enseñado a orar para más “pan del cielo”, quienes “tienen ojos y no ven” desprecian a quien, con pruebas y evidencias claras, ha proclamado y demostrado ser verdadero Profeta de Dios. Al parecer, por la sencilla razón, que Jesús les advirtió tan a menudo a tener cuidado con los falsos profetas, la mayoría cree que esto significa que todos los que en el futuro reclamaran ser profetas serian impostores.

Es cierto que Jesús había advertido contra los falsos profetas, pero al mismo tiempo había explicado claramente que habría verdaderos y falsos profetas, y que a cada uno se le reconocería por sus frutos.

Por sus frutos los conoceréis”. (Mateo 07:15:20)

 Ahora bien, si todos los profetas en el futuro debían ser falsos, ¿hubiera sido necesaria esta explicación? Definitivamente que no, la puerta estaba abierta, esa fue la razón de la advertencia, pues habría falsos profetas que intentarían engañar y confundir, pero al mismo tiempo profetizo sobre los verdaderos. Jesús simplemente hubiera dicho que no habría más profetas. Pero en cambio, nos describe a un falso profeta como un “árbol corrupto” que será cortado y echado en el fuego. (Mateo 7:18-19)

 Usando esta regla, un breve y consciente estudio del Noble Profeta Muhammad, será suficiente para probar su veracidad. Aunque fue expulsado de su casa en La Meca, vivió para regresar unos años más tarde con diez mil seguidores pasando por el valle del Paran, cumpliendo otra profecía de Moisés, que podemos leer en Deuteronomio capítulo 33, versículo 2; Moisés dijo

“El Señor… resplandeció desde el monte Parán, y llegó con diez mil santos: de su mano derecha surgió la ley ardiente para ellos”.

El Noble Profeta tuvo una muerte natural y después de su muerte, sus seguidores se expandieron en todo el mundo conocido. Era la luz de Muhammad, extendiéndose por Occidente a través de sus seguidores que la llevaron a la Europa de la Edad Media. Incluso hoy en día, el número de sus seguidores es cada vez mayor y sus enseñanzas se difunden por todos los rincones del mundo.

Por lo tanto, si la promesa de Dios de destruir al falso profeta tiene algún valor, el éxito tan asombroso de un Profeta no puede, ni debe ser ignorado, y la verdad de su mensaje sin lugar a duda, no podrá ponerse en duda. Por lo tanto, amigos cristianos: les invitamos a creer en el Profeta Muhammad (saw), que vino como Moisés, y es el Profeta Prometido para toda la humanidad, conocido como el “Príncipe de la Paz”, “el Confortador”, el “Espíritu de la Verdad” y el “Sello de los Profetas”.

Les invitamos a creer en el Sagrado Corán, la palabra de Dios revelada a Muhammad (saw), que es la continuación, corrección, y el restablecimiento de todas las verdades que fueron reveladas con anterioridad a todos los profetas. En el Libro de los Libros encontraran las soluciones perfectas para todos los problemas a los cuales se enfrenta este mundo tan agitado de hoy. En él se encuentra la llave de la felicidad, la solución a las “preguntas sin respuestas” que desafían la razón y mantienen a las mentes inquietas.

Por encima de todo, podrán encontrar un código sencillo de vida, una enseñanza que nos permite saber dónde nos encontramos con respecto a Dios, y que hace posible que seamos testigos del milagro de la Presencia Divina que elimina todos los obstáculos de nuestro camino.

Les invitamos a compartir este pan celestial, sin el cual el alma del hombre está muerta y no puede ser revivida por ninguna cantidad de psicoterapia ni tranquilizante.

 ¡Esto es por lo que oráis! Alegraos de que vuestras oraciones hayan sido contestadas. El Prometido ha llegado. Venid y someteos a Dios mediante la aceptación de Su Reino que se encuentra hoy en día entre los seguidores del profeta Muhammad (saw). Ya ha llegado el Prometido. Aceptadle y uniros al Reino de Dios. Jesús ha explicado que su propia segunda venida se retrasará hasta el

“cumplimiento de todas las cosas” …

y que aparecería sólo después de la llegada de “ese Profeta”, el Espíritu de la Verdad y el Confortador. Hasta que no aceptéis al profeta Muhammad (saw), por tanto, y vuestros ojos se hayan abierto a las verdades espirituales, la “verdad completa”, que Jesús explicó que estaba más allá de la comprensión de aquellos a quienes hablaba; hasta que aprendáis a través de sus enseñanzas a entender los aminos de Dios y el lenguaje de la profecía, Jesús podría regresar a este mundo y desaparecer ante vuestros ojos “como un ladrón en la noche”.

La segunda venida metafórica de Jesús ya tuvo lugar, pero al igual que sucedió con él, no fue reconocido el Mesías del Islam, quien de hecho pareció tan solo hace 120 años.

 Hazrat Mirza Ghulam Ahmad de Qadian, India, el Mesías Prometido ha llegado con las mismas características espirituales de Jesús, cumpliendo con las profecías de su segunda venida. Ha extendido su invitación a todos para aceptar la paz, y aceptar el mensaje de su maestro el Profeta Muhammad (saw). A través de este Mesías Prometido, una vez más, se puede ver el rostro de Dios y escuchar el sonido de Su dulce voz.

Se os está ofreciendo de nuevo el pan por el cual habéis estado orando con tanto esfuerzo. ¡Así que una vez más, regocijaos y agradeced que vuestras oraciones hayan sido escuchadas y aceptadas! Vengan a recibir su pan de cada día ¡El Reino ha llegado! ¡Gloria sea al Señor!

Escrito por: Falahud Din Shams

Kaleem Tahseen
Por Kaleem Tahseen agosto 23, 2021 22:48

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