RESUMEN DEL SERMÓN DEL VIERNES
Por el Jefe de la Comunidad Ahmadía del Islam 6 de Mayo, 2005
SOIS EL MEJOR PUEBLO EXALTADO PARA LA HUMANIDAD
Hazur comenzó su sermón recitando el versículo 111 del Surah Al Imran que dice:
“ Sois el mejor pueblo exaltado para el bien de la humanidad; ordenáis lo bueno, prohibís lo malo y creéis en Al-lah ”.
Hazur dijo que, de acuerdo con este versículo, los musulmanes son el mejor pueblo por haber creído en todos los profetas, desde Adán hasta el Mesías Prometido, y haber declarado su fe firme en Dios. Hazur dijo que el mero hecho de ser musulmanes no les hace acreedores a ese título, pues las obras de muchos musulmanes son verdaderamente reprobables, y que solamente la persona practica las buenas obras y se abstiene de hacer el mal puede recomendar el bien a los demás y prohibir el mal.
Hazur destacó después algunas de las virtudes que se mencionan en el Santo Corán, como la amabilidad, la lealtad, el sacrificio por el prójimo, la compasión, la simpatía, la veracidad, el perdón de las faltas, la paciencia, la justicia, la generosidad, el cumplimiento de las promesas, la pureza mental y física, y el buen trato a los familiares, vecinos y compañeros.
También hizo mención de algunos males que el hombre debe evitar y prohibir a los demás, como la tacañería , la sospecha, la calumnia, la envidia , el hablar mal del prójimo, la mentira, y todo tipo de deshonestidad. Dijo que el bien y el mal no pueden convivir juntos, por lo que para adoptar el bien hay que purificarse del mal, pues de lo contrario actuaremos con hipocresía.
Respecto a los hipócritas, el Santo Profeta (p.b.D.) dijo que son el combustible del infierno. Según una tradición, el Santo Profeta (p.b.D.) dijo:
“ En el Día del Juicio, se arrojará a un hombre al infierno. Sus entrañas serán extraídas de su vientre y dará vueltas alrededor del infierno, como lo hace el asno alrededor del molino. La gente del infierno, rodeándole, le preguntará: “¿Acaso no nos ordenabas hacer el bien y nos prohibías cometer iniquidades? ”
Contestará:
“Os prescribía el bien, pero yo no lo practicaba, y os prohibía cometer actos indeseables, pero yo los cometía ”.
Por lo tanto, para librarse de futuras calamidades, es necesario que los creyentes sigan este mandamiento y se reformen. Antes de amonestar a los demás, los Ahmadis deben practicar el bien, prestando atención a su propia reforma, especialmente quienes ostentan cargos en la comunidad, pues de lo contrario, nadie seguirá su ejemplo.
El Santo Profeta (p.b.D.) dijo:
“ Por Aquél en cuyas manos está mi vida, prescribid el bien y prohibid el mal, pues es posible que Dios os castigue, y después del castigo vuestras plegarias no serán aceptadas .” También dijo:
“ No pertenece a los nuestros quien no se compadece de nuestros pequeños ni trata a nuestros mayores con respeto y veneración, y quien no prescribe el bien ni prohíbe las cosas indeseables ”.
El Mesías Prometido dice que es necesario controlar la lengua y abstenerse de hacer declaraciones que opongan a la voluntad divina, y hay que decir la verdad sin mostrar cobardía. Si existe
taqwa ( temor de Dios) y piedad en el que amonesta, sus palabras tendrán un efecto positivo en los demás, teniendo en cuenta sus circunstancias.
Hazur aludió especialmente al vicio de hablar mal de alguien a sus espaldas, o la murmuración. Hazur dijo que éste es un vicio muy grave, pues propaga odios y disensiones en la sociedad y en la Comunidad. A este respecto, el Mesías Prometido ha dicho que los miembros de la Comuni- dad, al observar defectos en sus hermanos, deben orar por ellos, pues si no rezan y propagan sus defectos, cometen pecado. No existe ningún defecto que no pueda eliminarse. Por lo tanto, es preciso ayudar al hermano mediante las oraciones. El Santo Profeta (p.b.D.) dijo:
“ Decir la ver- dad sobre alguien en su ausencia, que le desagrade oír si estuviera presente, es murmuración. Si se le acusa de un defecto que no posee, es acusación ”.
En el Santo Corán se compara a la murmuración con ingerir la carne del hermano muerto.
Hazur prosiguió diciendo que incluso algunas personas de alto rango espiritual cometen pecados, y muchos pecadores acaban convirtiéndose en santos. El Santo Corán prescribe la amonestación mediante la paciencia y la oración. Por lo tanto, al observar un defecto en el prójimo, se debe orar por él e intentar cubrir sus faltas, siguiendo el ejemplo de los atributos de Dios, que cubre las fal- tas de Sus criaturas. Esto no significa que se apoyen o fomenten los defectos ajenos, sino que no deben propagarse públicamente.
Hazur se refirió después al vicio de la mentira. Hazur dijo que la persona, para librarse de pequeñas dificultades, recurre a la mentira, y lo sorprendente es que no lo considera un mal, a pesar de que la mentira es la raíz de todos los males. A este respecto, el Santo Profeta (p.b.D.) recomendó a una persona renunciar a la mentira para poder librarse de todos los vicios. Algunas personas piensan que mentir es dar falso testimonio ante los tribunales.
El ladrón o el que comete inmoralidad miente para librarse de la condena; pero también miente quien recurre a pequeñas mentiras. Hazur dijo que si nos analizáramos, nos daría mos cuenta de que decimos mentiras en los más pequeños detalles, incluso a la hora de gastar bromas.
El Santo Profeta (p.b.D.) recomendó prestar atención a este aspecto para erradicar la maldición de la mentira de nuestro interior y de nuestras generaciones. El Mesías Prometido dice que el Corán compara a la mentira con el culto a los ídolos. Al igual que los ídolos son ficticios, de igual forma, la mentira no posee ninguna realidad salvo la decepción. Las personas que mienten deben hacer un constante esfuerzo en el campo es- piritual para librarse de este mal.
Respecto al bien y el mal, el Santo Profeta (p.b.D.) ha manifestado que no pueden convivir juntos en el mismo lugar. Dice que en el corazón de un creyente no pueden coexistir el bien y el mal, ni la verdad y la mentira, ni la honestidad y deshonestidad.
Por lo tanto, nosotros, los Ahmadis musulmanes, que hemos establecido el pacto de Baiat en manos del Mesías Prometido, debemos hacer lo posible por abstenernos de cometer ningún tipo de mal. Ningún Ahmadi debe caer en la deshonestidad de romper su promesa. Si alguien ostenta un cargo en la Comunidad, deberá desempeñarlo del modo más honesto. El Santo Profeta (p.b.D.) dijo que debemos ser firmes en nuestra palabra hasta el punto de no romper nuestras promesas con incluso aquellos que quebrantan su pacto con nosotros.
Hazur finalizó su sermón diciendo que Dios ayude a cada Ahmadi a actuar según las enseñanzas de Al-lah y su Mensajero.