RESUMEN DEL SERMÓN DEL VIERNES
Por el Jefe de la Comunidad Ahmadía del Islam 27 de Mayo, 2005
LA PROMESA DIVINA DEL ESTABLECIMIENTO DEL JALIFATO
Hazur, de regreso a Inglaterra tras su gira por África Oriental, habló en su sermón en la divina promesa del establecimiento del jalifato. Comenzó su sermón recitando los siguientes versículos del Santo Corán:
“Al-lah ha prometido a aquellos de vosotros que creen y hacen buenas obras, queq en verdad los hará Sucesores en la tierra, tal como hizo Sucesores de entre quienes existieron antes que ellos; y que Él en verdad establecerá para ellos su religión que les ha elegido; y que ciertamente les dará a cambio seguri- dad y paz después de su temor. Ellos me adorarán y no asociarán a nadie conmigo. Luego, quienes des- pués de eso sean desagradecidos, serán los rebeldes.” (Surah Al-Nur, C. 24: V.56).
Hazur dijo: “Hoy, 27 de mayo, es un día histórico de la Comunidad, pues se cumple el 97 aniversario del establecimiento del jalifato ahmadía. En este día, Dios, según sus promesas, tras el fallecimiento de Haz- rat Jalifatul Masih IV, cambió el estado de temor de la comunidad en paz y tranquilidad otorgándole fuer- za y solidaridad. Hoy, después de 97 años, no solo todos los ahmadis, sino incluso los no ahmadis, al ver la elección del Jalifa que se transmitió por la MTA, son testigos presenciales de que el testimonio práctico de Dios esta con nosotros, y que el jalifato del Mesías Prometido permanecerá según las profecías del Santo Profeta hasta el final de los días.
De todas formas, aparte del significado de este día, 27 de mayo, el segundo motivo de mi sermón es un artículo que Hazrat Mirza Bashir Ahmad escribió y que cierto individuo está haciendo circular entre va- rias personas de la Comunidad. El artículo trataba del rango del Jalifa y explicaba el tiempo que perdura- ría y las formas que adoptaría. Hazrat Mirza Bashir Ahmad Sahib no pretendió, en ningún momento, crear disensión en la comunidad. Pero la actitud de la persona que ha hecho circular este artículo demuestra que pretende hacer surgir dudas sobre el jalifato, pues al enviar por correo este artículo, ha escrito que
“es un regalo de un hermano áhmadi”. Si tuviera buenas intenciones, me lo hubiera enviado a directamente mi y me hubiera preguntado mi deseo de propagarlo. Dice que el Jalifa es nombrado por Dios y no puede ser destituido, pero también ha subrayado el hecho de que Hazrat Mirza Bashir Ahmad menciona en su artículo que en un tiempo el jalifato será reemplazado por el reinado. (De todas formas, ésta era la opinión personal de Hazrat Mirza Bashir Ahmad).
Esta persona parece insinuar que los cuatro primeros jalifas fueron correctamente guiados, pero que después ya no existe la institución del jalifato. Para disipar las dudas de las personas a quienes se haya enviado este artículo, quiero aclarar que todo se debe a la falta de inteligencia y discernimiento de este individuo. Sin embargo, antes quisiera aclarar el versículo que he recitado. Dios ha prometido a aquellos que creen y hacen obras buenas, convertirles en jalifas y herederos en la tierra y concederles seguridad y paz en lugar de temor. Esto significa que Dios mantendrá su promesa del establecimiento del jalifato para aquellos que actúen según Sus mandamientos, mas si son desagradecidos se verán privados de la gracia Dios. Quienes no entienden la importancia del jalifato y se mofan de esta institución deben sentir temor, pues se contaran entre los rebeldes y serán destruidos. Ésta es una advertencia para los que califican de
musulmanes y para los débiles ahmadis que en lugar de implorar por la consolidación y establecimiento del jalifato continúan buscando nuevas alegaciones.
Por ejemplo, alguien me ha escrito que me he convertido en jalifa después de una sutil planificación. Ale- ga que fui yo quien anuncié el fallecimiento de Jalifatul Masih IV para atraer la atención del público. Quiero aclarar que me vi obligado a actuar así por mi condición de Director de Nazre Ala. Este individuo es un hipócrita, pues no ha tenido el valor de mencionar su nombre en su carta. Si no confía ni cree en el jalifato no tiene sentido que permanezca siendo áhmadi y si a pesar de todo proclama seguir siendo áh- madi, es un hipócrita. Cuando mi nombre fue presentado en el proceso electoral, yo me encontraba temblando y rogaba a Dios para que nadie levantara las manos en mi apoyo. Solo Dios conoce cual era mi condición. Es insensata la idea de que alguien pueda presentarse para ser nombrado jalifa. Por lo general, a quienes me preguntan, les respondo en palabras del Hazrat Jalifatul Masih III:
“ Ningún hombre inteligente puede jamás pensar en convertirse en Jalifa ”.
El Santo Profeta (p.b.D.) dijo que el jalifato perdurará hasta el Último Día después del Mesías Prometido. Dijo:
“ El profetazgo permanecerá hasta cuando Dios lo quiera. Después terminará y establecerá el jalifato del profetazgo. Después, también pondrá fin esta bendición. Después, según lo decretado, imperará un reinado cruel. Cuando finalice este periodo, reinará una tiranía aun mayor hasta cuando Dios lo quiera y este periodo también acabará. Después establecerá de nuevo el jalifato de Su Profeta. Al decir esto, guardó silencio ”.
Esto significa que después del Mesías Prometido la institución del jalifato será eterna, y nadie podrá alterar el decreto de Dios. Esta institución del jalifato no tiene ninguna relación con el periodo jalifato del Santo Profeta, que se prolongó durante treinta años. Este jalifato proseguirá gene- ración tras generación, pero a condición de que seáis acreedores de ello.
El Mesías Prometido dice: “ Dios manifiesta Su poder de dos modos: Primero, durante la vida de Sus Profetas y a través de sus obras, mostrando el poder con Su mano. Y, segundo, tras el fallecimiento de Sus apóstoles, cuando sus seguidores están expuestos a diversas dificultades y, el enemigo cobra fuerza y comienza a pensar que la misión del profeta ha fracasado fatalmente, llegando incluso al convencimiento de que esta comunidad de seguidores acabará siendo destruida. Incluso los miembros del Movimiento son presa de la duda y del abatimiento, adoptando algunos, por desgracia, el camino de la apostasía. En ese momento, de nuevo, Dios muestra Su poder y Su fuerza y salva a la comunidad de su caída, y quien es perseverante hasta el final, atestigua este milagro de Dios Todopoderoso.
Esto se asemeja a lo ocurrido en tiempos de Hazrat Abu Bakar ra , en que la muerte del Santo Profeta se consideró una muerte prematura. Muchos ignorantes beduinos se volvieron apostatas, y los compañeros del Santo Profeta se vieron consumidos por el dolor. En aquel crítico momento, Dios hizo que HazratAbu Bakar ra se mostrara firme y a través suyo hizo manifiesto Su Poder. De esta forma el Islam se salvó de la destrucción y se cumplió esta promesa Suya, que decía: “Y Él en verdad establecerá para ellos su religión que les ha elegido; y que ciertamente les dará a cambio seguridad y paz después de su temor.”
(Surah Al-Nur, C. 24: V.56). Esto es lo que ocurrió en tiempos de Moisés as . Moisés as murió en el camino
de Egipto a Canaán, antes de llegar al destino prometido. Los israelitas quedaron profundamente afligidos. Según la Torah, lloraron su muerte durante cuarenta días por esta muerte aparentemente inoportuna y por la inesperada separación de Moisés. Lo mismo ocurrió en la época de Jesucristo as ; tras su crucifixión todos sus discípulos se dispersaron e incluso uno de ellos se hizo apostata.” También dijo:
“Dios me ha enviado como manifestación del poder divino. Es su deseo que todas las almas piadosas que habitan en distintos lugares de la tierra, se encuentren en Europa o en Asia- sean congregadas bajo la bandera del Tauhid (Unidad de Dios) y que sus siervos se unan bajo una religión. Este es el propósito divino para cuyo cumplimiento he sido enviado a este mundo. Esforzaos, pues, por alcanzar esta meta, pero siempre con gentileza, elevada moralidad y con plegarias, y hasta que no aparezca alguien de entre vosotros con el espíritu Santo del Señor, debéis trabajar juntos y en cooperación.”
Para mantener este privilegio, que durante los últimos 97 pasados años se ha concedido a una determinada nación o a la familia del Mesías prometido, es preciso seguir realizando oraciones y obras buenas, de lo contrario, cualquier pueblo que avance en las virtudes será acreedor del mismo.
Hazur mencionó las indescriptibles escenas de entusiasmo, y amor y fidelidad hacia el jalifa manifestadas por los ciudadanos de los países africanos que visitó, donde la gente acudió a recibirle con gran sacrificio a pesar de sus ingentes medios e inmensas distancias y a pesar de carecer de la MTA o de otros medios de comunicación. Después dijo:
“Si Dios quiere siempre nacerá gente que practique el bien y la institución del jalifato permanecerá eternamente. Como dice el Mesías Prometido, no existe peor concepto que se considere al Islam una religión muerta y afirmar que después de los cuatro primeros jalifas se ha terminado el jalifato. Si alguien alberga estos pensamientos, está en el error. Este individuo ha intentado astutamente crear dudas en los corazones de muchos al propagar este artículo, ignorando que la mayoría de la comunidad posee una sincera devoción, fidelidad y amor hacia el jalifato. Satanás ha intentado tender una trampa, pero ha fracasado. Sin embargo, es mi obligación informar a la comunidad que actúe con precaución.
Este individuo ha subrayado la frase de Hazrat Mirza Bashir Ahmad que indica que el jalifato no perdura- rá eternamente después de ningún profeta, sino solo hasta que Dios lo considere necesario para la finalización de la tarea del profeta, y que después aparecerá el reinado, es decir, que el sistema espiritual terminara. Pero ¿acaso se ha completado la misión del Mesías Prometido?
El mismo artículo de Hazrat Mirza Bashir Ahmad ofrece respuestas a su pregunta. En su artículo explica tres signos de un verdadero jalifa. El primero es que la comunidad de creyentes escoge por consenso y unanimidad al Jalifa. En el Proceso Electoral había miembros que me conocían, y sin embargo, se sintieron inclinados a votarme a mí, y la mayoría dijo que fue Dios quien se lo inculcó en el corazón. La se- gunda señal es que después del fallecimiento de un jalifa la comunidad se tambalea y atraviesa una etapa de temor, y en ese momento Dios, a través del jalifa elegido, les concede paz y tranquilidad. Todos voso- tros habéis presenciado cómo Dios ha cambiado ese estado de temor en tranquilidad después del fallecimiento de Jalifatul Masih IV. La tercera es que Dios informa de algún modo al profeta sobre su elección. De todas formas esto esta relacionado con el profetazgo.
A este individuo, en palabras de Hazrat Mirza Bashir Ahmad, le advierto, que valore esta época y ofrezca un buen ejemplo a las siguientes generaciones. De todas formas, cuando se publicó este articulo, fue precisamente mi padre, Hazrat Mirza Mansur Ahmad, quien informó a Jalifatul Masih II y le manifestó su desacuerdo con el comentario relacionado con el reinado. En este sentido, Jalifatul Masih II publico el siguiente mensaje en Al Fazal:
“ Mirza Mansur Ahmad ha dirigido mi atención sobre un articulo que Mirza Bashir Ahmad ha publicado sobre el jalifato, diciendo que por lo visto no se ha prestado plena atención a un aspecto del artículo en el que Mirza Bashir Ahmad asegura que el periodo del jalifato es temporal y transitorio …. El hadiz que ha utilizado Hazrat Mirza Bashir Ahmad para demostrar que des- pués del jalifato aparecerá el reinado no se refiere a una norma general sino a determinadas condiciones que iban a aparecer después del Profeta Mohammad (p.b.D., y las profecías se refieren sólo a una épo- ca concreta, y no a todos los tiempos. Esto ocurrió exactamente después del fallecimiento del Santo Pro- feta. Sin embargo, esto no significa que en cada etapa sucederá lo mismo.
El Santo Corán dice que el jalifato es un premio… Nosotros creemos que al igual que el jalifato de Moisés fue temporal y el jalifato de Jesús ha permanecido durante miles de años, del mismo modo, el jalifato Mohammadía fue temporal, mas el jalifato del Mesías permanecerá eternamente .Por lo tanto el jalifato del Comunidad Ahmadía continuara por un tiempo inimaginable Y si hubiera algún lapso, sería temporal, como ríos que se sumergen y vuelven a aparecer.”
La explicación del Jalifatul Masih II debe ser suficiente, pues estaba guiado por Al-lah. Era jalifa, Re- formador Prometido y estaba dotado, según las profecías divinas, de un extraordinario conocimiento. Por lo tanto, cualquier persona, por muy experta que sea, no puede compararse al jalifa, pues sus palabras ex- presan la voluntad de Dios.
En cuanto a mí, si encontráis algún defecto en mi persona, decídmelo directamente en lugar de dedicaros a charlas vanas en reuniones. Musleh Maud dijo que si la Comunidad Ahmadía mantiene su fe en el jali- fato y hace se esfuerza debidamente, el jalifato del Ahmadía continuará, con la gracia de Dios, hasta el día del Juicio y ningún Satán podrá destruirlo. Por lo tanto todos los ahmadis deben intentar ser acreedo- res de las bendiciones que Al-lah ha prometido, a través de sus plegarias. Que recuerden los sacrificios que sus antecesores ofrecieron por el fortalecimiento del jalifato. Los que estáis aquí presentes o entendéis mi lenguaje, debéis crear una transformación excepcional y aumentar vuestra fe y devoción, siguiendo el ejemplo de aquellos que a pesar de no entender la lengua, a pesar de no conocerme, poseen tan inmensa devoción.
En Uganda, una mujer acudió corriendo hacia mí con su hijo en brazos,, haciendo intentos desesperados para que su hijo me pudiera contemplar. Cuando logró verme, me sonrió y saludó. En su rostro se manifestaba su amor y fidelidad hacia el Jalifa. Mientras sigan naciendo madres cuyos hijos sientan un profun- do amor por el jalifato, el jalifato estará a salvo. Dios no posee parentesco con nadie. Él manifiesta sus poderes a los que creen en Él. Por lo tanto apiadaos de vuestras almas y de vuestras generaciones y, en lugar de dedicaros a discusiones vanas, cumplid los mandamientos de Dios y consolidad a la Comunidad.
La Comunidad se ha expandido inmensamente. Por lo tanto nadie debe pensar que su pueblo o familia es portador del estándar del ahmadiat, sino solo lo será quien realiza obras buenas y es fiel al jalifato. Después de tres años se cumplirá el centenario del jalifato. Durante este periodo restante de tres años debéis recitar especialmente el Surah Fatiha y las plegarias que recomendó Hazrat Jalifatul Masih III en ocasión de la celebración del centenario de la Comunidad Ahmadía. También debéis recitar istighfar (implorar el perdón) e invocar bendiciones sobre el Santo Profeta (p.b.D.), y debéis guardar un ayuno voluntario al mes, especialmente con la intención de la consolidación del Jalifato.
Durante la gira por tres países africanos había acudido gente de muchos otros países. Algunos recorrieron más de dos mil kilómetros para saludarme, a pesar de su pobreza. Acudieron a saludar a una persona que no es de su tierra, ni conoce su lengua, ni tiene nada en común, excepto el ahmadiat. Hicieron ese gran sacrificio por su amor al jalifato, al Mesías Prometido y al Santo Profeta (p.b.D.) y, sobre todo, por cumplir los mandamientos de Dios. Mientras siga naciendo este tipo de gente, con la gracia de Dios, la Comunidad Ahmadía, seguirá participando, según la promesas de Dios, de las bendiciones que Dios ha anunciado a Su Profeta (p.b.D.) y al Mesías Prometido”.
Finalmente Hazur se refirió a un accidente en el que falleció un misionero de Ghana y algunos miembros de su familia. Pidió oraciones por ellos, y anunció que rezaría su funeral después de la Oración del Viernes.