RESUMEN DEL SERMÓN DEL VIERNES
Por el Jefe de la Comunidad Ahmadía del Islam 25 de Marzo, 2005
LA NOBLE PRÁCTICA DE CONSULTAR DEL SANTO PROFETA (P.B.D.)
Hazur aludió a su sermón a la importancia de la consulta en el sistema islámico, citando el versículo 160 del Surah Al Imran, en el que se prescribe al Santo Profeta (p.b.D.) consultar:
“ Y por la gran misericordia de Dios has sido amable con ellos; y si hubieses sido rudo y desconsiderado, ciertamente se habrían apartado de ti. Perdónalos, pues; pide el perdón para ellos y consúltales en asuntos importantes; y cuando estés decidido, pon tu confianza en Al-lah. En verdad, Al-lah ama a quien pone en Él su confianza .”
El Santo Profeta (p.b.D.) actuaba siempre de acuerdo con esta enseñanza, perdonando a quienes adoptaban decisiones erróneas a causa de su ignorancia o debilidad, e incluía incluso a sus oponentes a la hora de pedir consulta en cuestiones de importancia nacional. Este versículo también constituye una réplica a los argumentos de los detractores que le acusaban de extrema severidad en sus decisiones, así como de imponer sus decisiones sobre las ajenas. A este respecto, el Santo Profeta (p.b.D.) dijo que a pesar de que Dios y Su Profeta (p.b.D.) eran independientes a la hora de tomar decisiones, y que él no necesitaba de ningún consejo, actuaba de ese modo para que en el futuro su Ummah (comunidad) pudiera beneficiarse de su ejemplo. Dios ha convertido, pues, a la institución de la consulta en una fuente de bendición para su comunidad y ha amonestado a sus seguidores a establecer esta práctica.
Hazur dijo que, siguiendo este precepto divino y el ejemplo de Su Profeta (p.b.D.), la Comunidad Ahmadía ha establecido el sistema del Consejo Consultivo, siendo acreedora de esta forma de las bendiciones divinas.
El Santo Profeta (p.b.D.) pedía más consejos que nadie y apreciaba inmensamente los buenos consejos, a pesar poseer un discernimiento y clarividencia millares de veces superior al resto de sus compañeros, pues su único propósito era establecer ejemplo en su ummah.
Hazur mencionó algunas tradiciones referentes a los consejos que el Santo Profeta (p.b.D.) pidió en numerosas ocasiones. En una ocasión en que se disponía a viajar al Yemen, el Santo Profeta pidió consejo diciendo que en los asuntos en que no recibía revelación era igual que sus compañe- ros. Otro incidente refleja la prudencia del Santo Profeta (p.b.D.) incluso en sus asuntos privados. Cuando en una ocasión su esposa predilecta, Hazrat Aisha, fue injustamente calumniada, pidió consejo a sus compañeros para evitar la disensión entre los hipócritas, a pesar de haber podido aclarar el asunto directamente con ella. Sólo cuando Dios verificó su inocencia a través de Su re- velación, el Santo Profeta (p.b.D.) dispuso el castigo prescrito a los culpables desoyendo el conse- jo opuesto de sus consejeros.
En otra ocasión, tras su emigración a Medina, a causa de los tormentos y persecuciones que pade- cieron los musulmanes en manos de los incrédulos, el Santo Profeta (p.b.D.) alertado por las
noticias de las perversas intenciones de los qureichitas, que enviaron una caravana de negocios a Medina, pidió consejo a sus compañeros, convocando a todos los lideres. El Santo Profeta (p.b.D.) indicó su firme intención de detener a esa caravana. Tras oír el consejo de Hazrat Abu Bakr y Hazrat Umar, Miqdar Bin Amar, dijo:
“ Oh Profeta de Dios, haremos lo que has dispuesto. Estamos a tu lado. Juramos por Dios no de- cir nunca lo que los israelitas dijeron a Moisés: “Ve tú y tu Señor a luchar contra ellos. Nosotros aguardaremos aquí.” Ésta es nuestra declaración: “Emprendamos la lucha contra los adversa- rios de la religión contigo y con tu Dios. Lucharemos contra ellos a tu lado. Por el Dios que te ha enviado con la verdad: si nos ordenas ir hasta el Yemen, hasta allí nos dirigiremos, y comba- tiremos hasta conseguir la victoria”.
Al oír esto el Santo Profeta (p.b.D.) les bendijo. Después, el Santo Profeta (p.b.D.) pidió consejo a los Ansares, que constituían la mayoría, y que, en un prin- cipio se comprometieron a protegerle solamente dentro de la ciudad. El jefe de los Ansares dijo :
“Hemos creído en ti y hemos atestiguado tu verdad, y hemos corroborado que la enseñanza que has traído es verdadera. Por ello hemos adoptado el firme compromiso de oírte y obedecerte. ¡Oh Profeta! Cumple lo que has dispuesto. Te seguiremos. Juro por Dios, que te ha enviado con la verdad, que si tuviéramos que arrojarnos al mar, ninguno de nosotros titubeará a la hora de hacerlo. Nuestra paciencia es inmensa en la lucha y demostraremos la verdad a la hora de en- fretarnos al enemigo ”.
Hazur dijo que este relato demuestra la gran transformación que el Santo Profeta (p.b.D.) originó en su gente, que en todo momento se mostraron dispuestos a ofrecer todo tipo de sacrificios.
Hazur amonestó a los representantes del Consejo Consultivo a no ofrecer sus consejos con el pro- pósito de hacer alarde de conocimiento o inteligencia, sino para demostrar su disposición a ofre- cer todo tipo de sacrificios. Nuestros representantes del Consejo Consultivo, dijo Hazur, deben reflexionar sobre este mensaje a la hora defender al Jalifa, a la institución del Jalifato y a la Co- munidad.
Citando otros ejemplos de su elevada moralidad, Hazur dijo que el Santo Profeta (p.b.D.) también modificaba sus propias decisiones al recibir mejores consejos, como ocurrió en la Batalla de Badr, donde decidió cambiar el lugar de acampamiento siguiendo los consejos de un compañero. Otro incidente refleja su compasión y piedad, incluso hacia sus enemigos. Cuando se hallaba en juego de la suerte de los prisioneros de guerra de la Batalla de Badr, el Santo Profeta (b.d.D.), siguió el consejo de Abu Bakr, que abogó por su perdón a cambio de un rescate, rechazando el consejo de Hazrat Umar que se inclinó por su condena a muerte. Sin embargo, cuando los incré- dulos quebrantaron el pacto de Hudaibiyya, el Santo Profeta (p.b.D.) dio prioridad a los consejos de Hazrat Umar, disponiendo el castigo a los incrédulos. Este ejemplo contiene una lección para quienes afirman que no se pueden modificar las decisiones adoptadas por los Jalifas anteriores, sin tener en cuenta que las decisiones se adoptan de acuerdo con la circunstancias, para establecer una reforma en los valores humanos, y no en base a rencores o agravios personales.
Hazur narró otro suceso que revela la confianza en Dios del Santo Profeta (p.b.D.). Aludiendo al mismo ataque de los qureichitas, el Santo Profeta (p.b.D.) convocó a los musulmanes para pedir- les consulta, comunicándoles de sus sangrientas intenciones e informándoles de un sueño suyo que anunciaba ciertas contrariedades para los musulmanes. A pesar de que él y sus más cercanos compañeros optaron por permanecer en Medina, se inclinó por la opinión de la juventud y de la mayoría, que insistieron en luchar a campo abierto. Más tarde, al percatarse de su error, estos úl- timos rogaron al Santo Profeta (p.b.D.) actuar como él había dispuesto previamente. El Santo Pro- feta (p.b.D.) respondió que era contrario a la dignidad de un Profeta desarmarse tras haber empu- ñado las armas, salvo que Dios así lo prescribiera.
Hazur dijo que el Santo Profeta (p.b.D.) también pidió consejo sobre el modo de llamar a la oración, que Dios mismo enseñó a dos de sus compañeros a través de un sueño. También pedía consejo a las mujeres. El Santo Profeta (p.b.D.) dijo que quien es consultado es depositario y debe ofrecer consejo, y que quien aconseja sin reflexionar comete deshonestidad. Finalmente Hazur dijo que los representantes del Consejo Consultivo deben reflexionar sobre este mensaje, pues se les ha confiado un cargo en reconocimiento a su rango y deben utilizar su conocimiento con la ayuda de la oración a la hora de ofrecer consejo.