RESUMEN DEL SERMÓN DEL VIERNES
Por el Jefe de la Comunidad Ahmadía del Islam 15 de Abril, 2005
LA NATURALEZA COMPASIVA DEL SANTO PROFETA (P.B.D.)
Hazur se refirió en su sermón a la naturaleza compasiva del Santo Profeta (p.b.D.), haciendo alusión a estos versículos del Sura Al Tauba:
“ En verdad, os ha llegado un Mensajero de entre vosotros; es penoso para él que sufráis el infortunio; desea ardientemente vuestro bienestar; y es compasivo y misericordioso con los creyentes ” (9: 128).
Hazur dijo que en estos versículos Dios da testimonio que el Santo Profeta (p.b.D.) era el ejemplo más perfecto del atributo div ino de clemencia y misericordia, pues sentía una profunda compasión y solidari- dad por el sufrimiento de la humanidad, y siempre estaba dispuesto a confortar y ayudar a su prójimo y a rezar por su padecimiento. En este sentido, el Mesías Prometido dice que cuando el ser humano se halla bajo la protección divina, siente un deseo ardiente por ayudar a otros seres humanos, y el Santo Profeta (p.b.D.) superó en esta cualidad a los demás profetas.
Hazur hizo especial referencia a la práctica del Santo Profeta (p.b.D.) de visitar al enfermo y aliviar sus enfermedades o dolencias físicas, diciendo que él era el mejor entre todos los profetas en su atención los enfermos. Según una tradición, el Santo Profeta (p.b.D.) visitaba a todas las personas que permanecían enfermas por más de tres días, y su amor y afecto ayudaba al enfermo a recuperarse.
Por otro lado, era costumbre del Santo Profeta (p.b.D.) rezar por el enfermo, pues sin la ayuda de Dios nadie puede recobrar la salud. Aisha relata que cuando el Santo Profeta (p.b.D.) visitaba a alguna de sus esposas enfermas, colocaba su mano derecha sobre ellas y oraba de este modo: “! Oh Señor mío, Creador de todo! Concédele salud, pues Tú eres quien otorga la salud y nadie puede curar aparte de Ti. Haz que se recupere de tal modo que no quede rastro de su enfermedad ”. También hacía la siguiente oración:
“! Oh Dios, Señor de los mundos! Líbrale del sufrimiento y concédele salud, pues Tú eres el Único que concede salud y no hay nadie aparte de Ti que pueda curar ”.
En otros momentos, recitaba el Sura Al- Falaq y el Sura Al-Nas.
En una ocasión, el Santo Profeta (p.b.D.) fue a visitar a un compañero que se hallaba gravemente enfermo en la Meca. Creyendo que había llegado su hora le preguntó sobre las normas de la herencia. Tras expli- carle los detalles, el Santo Profeta (p.b.D.) colocó su mano derecha en su frente y estómago y rezó de este modo: “! Oh Al-lah! Concede salud a Saad y cumple su emigración ”. Saad recordaría siempre la sensación de sus manos sobre su estómago.
Según otra tradición, el Santo Profeta (p.b.D.) realizó la ablución y derramó el resto del agua sobre un compañero que se hallaba inconsciente debido a la fiebre alta, haciendo que se recuperara. Hallándose en Medina, el Santo Profeta (p.b.D.) oró para que Dios alejara los sentimientos de nostalgia de Abu Bakr y Bilal que, durante una enfermedad, recordaban con melancolía su ciudad natal. Durante la Batalla de la Trinchera, aprovisionó un campamento de primeros auxilios en la Mezquita Nabi, y él mismo prestaba una atención personal a los heridos en la batalla.
Hazur dijo que el Santo Profeta (p.b.D.) amonestaba a sus seguidores a soportar con paciencia la enfer- medad y a no lamentarse, diciendo a un enfermo en una ocasión:
“ Enhorabuena, pues Dios ha afirmado que la fiebre es Mi fuego, y la hago descender sobre Mi amado para que padezca en este mismo mundo su parte del infierno ”. En otra ocasión, en que una persona habló mal de su enfermedad, dijo: “ Existe una parte positiva en la enfermedad, pues gracias a ella, Dios libra a los musulmanes del pecado como el fuego limpia las impurezas del oro y la plata .”
Él mismo demostraba una gran paciencia, como se refleja en este incidente: Un compañero llamado Judri vio que el Santo Profeta (p.b.D.) se encontraba enfermo, con fiebre alta. El Santo Profeta (p.b.D.) le dijo: “ Nosotros también padecemos severas tribulaciones, pero también recibimos recompensas con creces .”
Judri le preguntó:
“¿ Quien de nosotros ha de afrontar las mayores tribulaciones ? El Santo Profeta (p.b.D.) respondió:
“ Los profetas, y después los hombres piadosos, y entre ellos, a algunos se les somete a la prueba de la pobreza, hasta el punto de no poseer más que un par de prendas de vestir, y a otros se les somete a la tribulación de las enfermedades, hasta el punto de sentirse aniquilados. Mas estas tribu- laciones les causan la misma alegría que vosotros experimentáis al recibir un beneficio .”
Por lo tanto, cuando un Profeta (p.b.D.) padece de fiebre no es para librarse de los pecados, sino para estable cer un ejemplo de paciencia y resignación.
Hazur dijo que el Santo Profeta (p.b.D.) amonestó a prestar atención a la caridad diciendo: “ Procurad la recuperación de vuestros enfermos con la caridad, pues aleja de vosotros las enfermedades y las futuras dificultades . También dio recomendaciones respecto a la dieta durante la enfermedad. El Santo Profeta (p.b.D.) recomendó complacer al enfermo que sintiera deseos por ingerir cierto tipo de alimento y instó a sus seguidores a no permanecer demasiado tiempo junto al enfermo a la hora de visitarle, ni perturbarle con ruidos molestos.
Hazur exhortó a las organizaciones auxiliares de la Comunidad, Lallna, Ansar y Juddam, a prestar espe- cial atención a este aspecto, y establecer programas para la visita de enfermos en los hospitales siguiendo la práctica del Santo Profeta. Hazur dijo que al visitar al enfermo, debemos seguir la práctica del Santo Profeta (p.b.D.), colocando la mano del enfermo en su propia frente y preguntando por su salud, y estre- chando sus manos a la hora de saludarle, pues aumenta el afecto mutuo. El Santo Profeta (p.b.D.) dijo:
“ En el Día del Juicio Dios dirá: “!Oh hijo de Adán! Me encontraba enfermo y no acudiste a visitarme”. Contestará: “Tú eres el Señor de los mundos. ¿Cómo puedes enfermar, y como puedo acudir a visita r- te?“Dios responderá: “No sabías que tal persona se hallaba enferma y no fuiste a visitarla. ¿Ignorabas que de haberle visitado me hubieras encontrado a su lado y, de haberle atendido, me hubieras atendido a Mí.
Hazur dijo que el Santo Profeta (p.b.D.) mencionó distintos alimentos que poseen propiedades curativas. Habló de la semilla negra de la cebolla, que es un remedio para muchas enfermedades, especialmente para el dolor de las articulaciones, y se refirió especialmente la miel, diciendo que Dios había puesto cura en ella para muchas enfermedades, y que hay distintos tipos de miel, adecuados para diferentes enfermedades. También recomendó comer higos, diciendo que es una fruta excelente, y un buen remedio para las hemorroides y la gota.
Por otro lado, aconsejó comer pasas indicando que son un remedio para la debilidad, la depresión y problemas de corazón, comentado el caso de ciertas personas cuyas arterias se desbloquearon al ingerirlas. Respecto a la aceituna, el Santo Profeta (p.b.D.) dijo que eran el remedio de 70 enfermedades, especialmente cuando se aplican en forma de masajes con aceite de oliva. El dátil aleja la depresión. También, recomendó beber leche de vaca, por ser medicinal y por contener propiedades en su grasa, y dijo que se evitara la ingestión de la carne de vaca, pues de ella se derivan diversas enfermedades. Finalmente, Hazur derramó bendiciones sobre el Santo Profeta (p.b.D.) pidiendo a Dios que nos ayude a seguir su ejemplo y seguir sus consejos.