RESUMEN DEL SERMÓN DEL VIERNES
Por el Jefe de la Comunidad Ahmadía del Islam 22 de Julio, 2005
LA HOSPITALIDAD
En su sermón del Viernes, Hazur dijo que la hospitalidad es una excelente cualidad moral. En este sentido Dios menciona en el Santo Corán a Santo Abraham quien, cuando acudieron a él unos huéspedes, envió un mensaje a su casa para que se les preparara comida, sin preguntarles de dónde venían o si deseaban tomar alimento o no. Hazur dijo que el Santo Profeta (p.b.D.) demostró de forma excelsa esta cualidad moral, incluso antes de ser nombrado Profeta. Concretamente, cuando recibió la primera revelación, su esposa Jadiya, viéndole preocupado, le tranquilizó diciendo que poseía las mas altas cualidades morales y honraba a los huéspedes, y que Dios le no haría fracasar.
Hazur dijo que la hospitalidad es una cualidad que ayuda al hombre a obtener la cercanía y el agrado de Dios. En este sentido, Hazur enumeró algunos incidentes que reflejan el algo grado de hospitalidad del Santo Profeta (p.b.D.). Siempre que acudía a él algún huésped, le ofrecía cuanto disponía, y si se hallaba comiendo, le invitaba a compartir su comida, por muy escasa que fuera. En una ocasión, un compañero acompañó al Santo Profeta (p.b.D.) hasta la puerta de su casa después de la oración para hablar de un asunto privado. El Santo Profeta (p.b.D.) trajo comida y le invitó a compartirla, considerándole huésped suyo. La comida era tan escasa, que el compañero dudó en aceptar.
Cuando el Santo Profeta (p.b.D.) recibía varios huéspedes, los distribuía entre sus compañeros llevándose a algunos consigo. Según una narración, en una ocasión acudieron muchos huéspedes y el Santo Profeta (p.b.D.) los distribuyó entre sus compañeros. El narrador cuenta que él se contaba entre quienes acompañaron al Santo Profeta (p.b.D.). Al llegar a su hogar su esposa Aisha le dijo que había preparado algo de comida para su iftari. El Santo Profeta (p.b.D.) probó algo y dijo:
“ Invocad el nombre de Dios y comed ”.
Al inquirir sobre la bebida, su esposa le dijo que había preparado harira para él. El Santo Profeta (p.b.D.) bebió un poco y después dijo: “ Invocad el nombre de Dios y bebed ” . El narrador cuenta que bebieron sin mirar la bebida. Después les alojó en la mezquita, lugar que eligieron para descansar, y al día siguiente, les despertó para la oración. Al ser escasa la comida y la bebida, el Santo Profeta (p.b.D.) la bendijo primero con una oración para que fuera suficiente para sus huéspedes, y completó su hospitalidad despertándoles para la oración.
En otra ocasión, cuando contrajo matrimonio con Zainab, invitó a sus compañeros y a muchos necesitados a compartir una comida de dátiles con queso que alguien le envió de regalo. Después colocó sus manos en el recipiente e hizo oraciones para bendecirlo. Llamó a sus invita- dos de diez en diez diciéndoles que invocaran el nombre de Dios y comieran de lo que tuvieran enfrente suyo hasta que todos se saciaron.
Su hospitalidad no era solamente ocasional. Algunos huéspedes permanecían con él durante largas temporadas a pesar de los escasos medios existentes en aquella época. En tal caso, encargaba a sus huéspedes la preparación de las comidas para que pudieran alimentarse adecuadamente. En cierta ocasión el Santo Profeta (p.b.D.) acogió en su casa a tres compañeros que perdieron la vista
y la audición a causa de la escasez de alimento. Señalando tres ovejas, les dijo que se ocuparan de ordeñarlas y que tras beber su parte, le guardaran a él la suya. Un día se hallaban tan hambrientos que consumieron toda la leche. Sin embargo, al llegar el Santo Profeta (p.b.D.) la oveja volvió a producir leche milagrosamente. El Santo Profeta (p.b.D.) les hizo beber a ellos antes sin saber que ya habían bebido su parte.
Según otra tradición, Abu Huraira, un hombre del Yemen, conocía más hadices que ninguna otra persona. La razón es que al ser pobre y no disponer de ningún bien, permanecía la mayor parte de su tiempo al lado del Santo Profeta (p.b.D.) mientras que los adinerados sólo visitaban al Santo Profeta (p.b.D.) un par de veces al día. Siempre que el Santo Profeta (p.b.D.) recibía comida como obsequio, invitaba en primer lugar a los que se hallaban en la mezquita. Cuando compartía la comida con alguien, lo hacía con una cortesía extrema, y continuaba comiendo hasta que el huésped se saciaba.
Abu Huraira relata que un incrédulo, que apreciaba la comida, se hospedó una vez con el Santo Profeta (p.b.D., quien pidió que se le sirviera la lecha ordeñada de una oveja. Al terminar, pidió que le fuera servida más leche, hasta que el huésped bebió la leche de siete ovejas. Al día siguiente aceptó el Islam impresionado por su hospitalidad. El Santo Profeta (p.b.D.) ordenó de nuevo traer leche de una oveja. El incrédulo pidió más leche, pero no pudo terminarla. Entonces el Santo Profeta (p.b.D.) le dijo que el creyente se satisface con un ojo, mientras que el no creyente se satisface con ocho ojos. Mientras se hallaba en la incredulidad, el Santo Profeta (p.b.D.) no le dio ningún al respecto, pero al convertirse el musulmán por el buen trato recibido, él mismo se percató de que el objeto de la existencia no es solamente la comer y beber.
También ofreció la mejor hospitalidad a las numerosas delegaciones de diferentes países que acudían a visitarle, instando también a sus compañeros a servirles y atenderles del mejor modo. Por otro lado, también prestaba atención de su reforma espiritual, amonestando a sus compañeros a seguir su ejemplo. Dijo que el anfitrión, por respeto y honor al huésped, debe despedirle hasta la puerta de su casa. También dijo que el creyente debe servir a su prójimo y tratar amablemente a sus huéspedes, y que han de cumplirse los derechos del huésped, que posee el derecho a recibir hospedaje durante un mínimo de 24 horas, y por tres días en general.
Sus compañeros seguían su ejemplo de forma extraordinaria, hasta el punto de pasar hambre, jun- to con sus hijos, por servir a sus invitados. En una ocasión un Ansari ofreció hospitalidad a un viajero que acudió al Santo Profeta (p.b.D.). Al llegar a su casa, su esposa le dijo que solo quedaba comida suficiente para sus hijos. El le ordenó preparar la comida y encender la lámpara, y cuando llegara la hora de comer, enviara a sus hijos a descansar. Así lo hizo.
Cuando la comida fue servida, apagaron la lámpara y fingieron comer en la oscuridad al lado de sus huéspedes. Éstos se alimentaron hasta hartarse, mientras que los anfitriones se fueron a dormir hambrientos. Al día siguiente, el Santo Profeta (p.b.D.), sonriendo, le dijo que incluso Dios sonrió ante su broma. Esa noche fue revelado el versículo del Corán que habla de los creyentes virtuosos y altruistas que dan preferencia a los demás ante sus propias necesidades.
Éste es el excelente ejemplo de hospitalidad que estableció el Santo Profeta (p.b.D.) y sus compañeros. Siguiendo su ejemplo, el Mesías Prometido también ha establecido un elevado ejemplo de hospitalidad. Dirigiéndose a su Comunidad, el Mesías Prometido dice:
“ Cuando tengáis un huésped y éste llegue incluso a utilizar un lenguaje abusivo, debéis tolerarlo, pues no es nuestro discípulo. No podemos esperar de él la misma cortesía y devoción que esperamos de nuestros discípulos. Debemos considerar un favor su gentileza. El Mensajero de Dios dice que el visitante tiene derecho sobre vosotros. Yo opino que es pecado causar incomodidad alguna al huésped .”
Los que convivieron con él comprobaron que la mínima perturbación causada al huésped afectaba en gran manera al Mesías Prometido, quien sentía especial predilección por los hombres virtuosos. En una ocasión ciertos huéspedes se marcharon al sentirse incómodos por el trato recibido por losorganizadores de la Comunidad.
El Mesías Prometido salió en su búsqueda y haciéndoles regresar, se ocupó él mismo de atenderles. Mufti Muhammad Sadiq dice que el Mesías Prometido le trajo comida personalmente cuando fue a visitarle de Lahore a Qadian. Por otro lado, ofrecía sus propios edredones para que los huéspedes no sufrieran incomodidades. Dijo que el huésped es frágil como el cristal y se rompe con ligeros contratiempos. También dijo que los huéspedes que requirieran atención especial deberían comunicarle sus necesidades particulares para que pudieran ser atendidos debidamente.
Finalmente, Hazur nos instó a seguir el ejemplo de hospitalidad establecido por el Santo Profeta (p.b.D.) y el Mesías Prometido. Dijo que la próxima semana se celebraría el Llalsa de Inglaterra, donde asistirían numerosos huéspedes locales y extranjeros y que debería brindárseles la mejor hospitalidad, y que la comunidad debería hacerse cargo de quienes no pudieran ser atendidos en casas particulares durante un mínimo de dos semanas. Pidió a Dios que los organizadores cumplieran su deber con devoción y entusiasmo y acogieran a sus huéspedes de la mejor forma.