RESUMEN DEL SERMÓN DEL VIERNES
Por el Jefe de la Comunidad Ahmadía del Islam 20 de Mayo, 2005
ISTIGHFAR (EL PERDÓN)
Hazur pronunció su sermón en Jinja, Uganda. Comenzó su sermón recitando los siguientes versí- culos del Santo Corán:
“ Para que pidáis el perdón de vuestro Señor y volváis después a Él. Él os proporcionará una provisión generosa hasta el plazo fijado. Y concederá Su gracia a quien la merezca. Pero si os apartáis temo para vosotros la sanción del día del gran castigo .” Sura Hud (11:4)
Hazur dijo que Dios, recordando el propósito de la creación, dice en estos versículos que los pasa- tiempos de este mundo no deben apartar al hombre del objeto de su existencia, sino que debe es- forzarse en obtener Su agrado y proximidad. De esta forma, este mundo se le someterá por sí mismo.
Hazur dijo que Satanás acecha por doquier y sus acometidas son tan intensas que es realmente difícil mantenerse a salvo de ellas. Las tentaciones satánicas predominan en cada rincón, lugar y ciudad, y sin la merced de Dios, resulta muy difícil alejarse de ellas. La atracción por los placeres mundanos es tan intensa, que no deja ver al hombre el propósito de su existencia, que es la adoración y sumisión a Dios. Sin embargo, Dios, con sus mercedes especiales, nos ha mostrado el camino para librarnos de este mal y hacer fracasar los intentos satánicos a través del istighfar , es decir, implorando su perdón con perseverancia y resolución.
Hazur prosiguió diciendo que debemos pedir perdón a Dios inclinándonos sinceramente ante Él, y rogándole de este modo:
“ Oh Dios, protégenos de la corrupción del mundo que nos rodea, pues si no derramas Tu merced sobre nosotros ni nos envuelves en el manto de Tu perdón, sucumbi- remos al mal. No nos hagas caer en la tentación. Perdona nuestras faltas y defectos pasados y protégenos de nuestras futuras debilidades ”.
De esta forma, Dios aceptará nuestro perdón y nos envolverá en Su manto, haciéndonos partícipes de Sus bendiciones.
La gente materialista piensa que solo consigue prosperar quien se afana por los quehaceres mun- danales. Pero Dios dice que derramará eternas bendiciones materiales y espirituales sobre quienes imploran el perdón, y les librará de las intrigas satánicas. Istighfar significa que debemos pedir a Dios para que nos envuelva en el manto de Su merced.
Dios, que siempre es fiel a sus promesas, desea que su siervo Le implore y pida Istighfar , de for- ma firme y perseverante, arrepintiéndose sinceramente, para poder aceptar sus oraciones. A este respecto, el Santo Profeta (p.b.D.) dice que la alegría que recibe Dios por el arrepentimiento de su siervo es superior a la alegría de una persona encuentra a su camello cargado de provisiones en un desierto árido, después de haberlo perdido. También dijo:
“ Dios dice “Cuando el hombre se acerca a mi a una pequeña distancia, Yo me acerco a él a una distancia muy superior, y cuando camina hacia mi, Yo corro hacia él ”.
Hazur amonestó a todos los ahmadis a pedir perdón por sus pecados y abstenerse de cometer pe- cados en el futuro, inclinándose y postrándose siempre a Dios. Entonces Dios les acogerá bajo Su protección y serán protegidos de los ataques de Satanás. Hazur dijo Dios está siempre dispuesto a ofrecer Su amor y proximidad a sus criaturas, bendiciendo con creces el mínimo esfuerzo realiza- do en su camino.
Según una tradición, el Santo Profeta (p.b.D.) dijo: “ Quien se arrepiente sinceramente de sus pe- cados es como si nunca los hubiera cometido .” Según otra tradición, el Santo Profeta (p.b.D.) leyó este versículo:
“ Dios ama a quienes se arrepienten y se purifican”. Se le preguntó: “¿Cuál es la señal del perdón?” Dijo: “La señal del perdón es el remordimiento ”.
Refiriéndose al perdón, el Mesías Prometido dice que existen tres condiciones, sin las cuales no puede obtenerse el perdón. La primera condición es abstenerse de cometer cualquier acto que in- duzca al mal, es decir, es preciso alejar los pensamientos que conducen al mal, pues el pensamiento del hombre ejerce una gran influencia sobre sus acciones. La segunda condición es sentir remordimiento por los pecados cometidos, cuando la persona se conciencia de que es vano perseguir los placeres transitorios, ya que con el paso del tiempo van declinando hasta que, con la edad, llega un momento en que pierde la capacidad de disfrutar y tiene que renunciar a ellos. La tercera condición es la firme resolución, es decir, la promesa de evitar estos males en el futuro. Cuando uno se arrepiente sinceramente, Dios, que es el Dueño de todo el poder y la fuerza, le libera de los actos pecaminosos, y le otorga fuerza y poder y bondad de carácter.
Para concluir, Hazur dijo que Dios nos conceda la oportunidad de inclinarnos y postrarnos siem- pre a Él y de implorar el Istighfar , y nos proteja de la ignominia del mundo para que, de acuerdo con Sus promesas, seamos acreedores de Su amor y ninguna fuerza satánica pueda arrastrarnos hacia los males de este mundo.