El Elevado Sentimiento De Gratitud Del Santo Profeta

RESUMEN DEL SERMÓN DEL VIERNES

Por el Jefe de la Comunidad Ahmadía del Islam 1 de Abril, 2005

EL ELEVADO SENTIMIENTO DE GRATITUD DEL SANTO PROFETA MOHAMMAD (P.B.D.)

Hazur habló en su sermón del elevado sentimiento de gratitud del Santo Profeta (p.b.D. Hazur dijo que aunque en el Santo Corán se menciona a Santo Abraham y Santo Noé como ejemplo de profetas agradecidos, el Santo Profeta (p.b.D.), al ser el máximo exponente de todos los atributos y cualidades humanas, fue quien mostró el más elevado ejemplo de gratitud hacia Dios y hacia los hombres.

El Santo Profeta (p.b.D.) no dejaba pasar ninguna oportunidad a la hora de mostrar su gratitud hacia Al-lah, y solía recitar esta oración:

“! Oh Dios! Haz que sea de los agradecidos y de los que se mantienen constantemente en Tu recuerdo ”.

Hazur mencionó algunos incidentes que reflejan hasta qué punto el Santo Profeta (p.b.D.) manifestaba estos sentimientos de gratitud a cada instante de su vida. El Santo Profeta (p.b.D.) daba siempre gracias a Dios por todo cualquier beneficio recibido, por muy insignificante que fuera. Sie mpre que se producía la primera lluvia daba gracias a Dios, probando las primeras gotas de lluvia en su boca, y después de cada comida , por muy precaria que fuera su dieta, su agradecimiento a Dios también era inmenso. Decía :

“ Alabado sea Dios que nos ha provisto de alimento y bebida, y nos ha convertido en musulmanes ”.

También, al estrenar nueva ropa, imploraba por los beneficios relacionados con tal prenda, y pedía protección del perjuicio que tal prenda pudiera producir, ya fuera, por ejemplo, en forma de alergia, o, en el caso de ropa elegante, en forma de orgullo o arrogancia.

A la hora de dormir imploraba a Dios estas plegarias: “ Señor mío. En Tu nombre muero y resucito ”, y al despertarse, solía recitar: “ Alabado sea Dios que nos ha resucitado después de hacernos morir, y a Él hemos de retornar ”. Incluso a la hora de acudir al servicio daba las gracias a Dios diciendo:

“ Alabado sea Dios que me ha librado de las sustancias nocivas y ha concedido salud ”.

Su sentimiento de gratitud a Dios era tan intenso, que el Santo Profeta (p.b.D.) dedicaba gran parte de la noche a la adora- ción. Hazrat Aisha relata que el Santo Profeta (p.b.D.) se mantenía tanto tiempo levantado durante la noche en adoración a Dios, que sus pies llegaban a hincharse. Al preguntarle por qué realizaba oraciones tan extensas sabiendo que Dios le había perdonado todos sus pecados, pasados y futuros, decía:

“¿ No debo levantarme para dar gracias a Dios por los favo- res que me ha concedido ?”. Concretamente, Aisha dice que en una ocasión le pidió permiso para rezar durante la noche. Aisha cuenta que el fervor del Santo Profeta (p.b.D.) era tan intenso, que no cesó de llorar durante toda la noche. A la mañana siguiente, el Santo Profeta (p.b.D.) dijo que le había sido revelado el versículo de Al Imran: “ En la creación de los cielos y la tierra y en la alternancia del día y la noche hay ciertamente señales para la gente que posee conocimiento… ”

anunciando la perdición a quienes reciten tales versículos sin reflexionar sobre ellos.

Hazur dijo que en una ocasión, en su trayecto de Meca a Me dina, el Santo Profeta (p.b.D.) levantó sus manos para orar cayendo en una larga postración. Repitió este ademán tres veces. El Santo Profeta (p.b.D.) dijo que pidió a Dios por la salvación de su Ummah y, Dios le concedió una tercera parte de la salvación la primera vez que oró, otra tercera parte durante la segunda vez, y la última tercera parte durante la tercera vez. En otra ocasión, un compañero vio al Santo Profeta (p.b.D.) rezar en un cementerio, realizando una postración tan extensa, que pensó que Dios se había llevado su alma . El Santo Profeta (p.b.D.) explicó que el arcángel Gabriel le anunció que quienes invoquen bendiciones sobre su persona serán bendecidos y quienes le envíen el saludo de paz, serán correspondidos. El Santo Profeta (p.b.D.) sintió gratitud ante este mandamiento, por ser motivo de bendición para él y bendición para su comunidad.

Según otra tradic ión, el Santo Profeta (p.b.D.), guardó ayuno e instó a sus compañeros a hacerlo también, al ver a los judíos guardar ayuno en celebración de la salvación de Moisés y los israelitas, y la salvación de Noe, diciendo que él era el primero en su relación con Moisés. En el momento de la conquista de la Meca, en lugar de experimentar sentimientos de orgullo, el Santo Profeta (p.b.D.) se vio embargado por un profundo sentimiento de gratitud, hasta el punto de caer en postración sobre el asiento delantero de su montura.

Refiriéndose a su gratitud hacia los hombres, Hazur dijo que el Santo Profeta (p.b.D.) sentía un profundo agradecimiento por los favores recibidos, no solo a nivel personal, sino también por su gente cercana. En una ocasión en que un compañe- ro disintió con Abu Bakr, su más cercano compañero, el Santo Profeta dijo:

“ Cuando todos me acusasteis de falsedad, Abu Bakar atestiguó mi verdad y me ayudó con su vida y riqueza. Absteneos de herir sus sentimientos ”. También solía elogiar a su esposa Hazrat Jadiya. Al preguntarle Aisha la razón de su constante recuerdo por ella, habiéndole otorgado Dios mejores esposas, el Santo Profeta (p.b.D.) contestó: “

Cuando la gente me acusó de embustero, ella me aceptó; cuan- do la gente me rechazó, ella creyó en mí; cuando la gente me privó de riquezas, ella me ayudó con sus riquezas, y he te- nido descendencia de ella ”.

Hazur mencionó también la inmensa gratitud que el Santo Profeta (p.b.D.) sentía hacia los habitantes de Medina (ansares). Trece años después de anunciar su misión como profeta, antes de la Hillra setenta ansares le aceptaron y prometieron de- fender su persona con sus vidas. Ante el recelo de un medinita que le expresó el temor de ser abandonados a la hora de la victoria, el Santo Profeta (p.b.D.) le aseguró que su sangre sería su sangre, sus amigos los suyos, y sus enemigos, los su- yos”. En otro momento, tras la guerra de Hunain, ante la protesta de un ansar por el reparto de un botín, el Santo Profeta (p.b.D.) dijo: “ Si afirmáis:

“!Oh Profeta! Te reconocimos en un momento en que se te acusó de embustero. Te aceptamos y ofrecimos protección cuando tu pueblo te rechazó, y te enriquecimos cuando te hallabas en condiciones de máxima pobreza ”, yo confirmaré vuestras palabras. ¡Ansares! Aunque la gente adopte diversas sendas, yo marcharé por el mismo camino vosotros adoptéis. Si no me hubiera sido prescrita la emigración, me complacería en anuncia ros que estáis tan próximos a mi persona como las prendas que llevo adheridas a mi cuerpo, asemejándose las demás personas a las prendas que llevo encima .”

El Santo Profeta (p.b.D.) también recordó siempre los favores del Rey de Abisinia, que les acogió en su país en un momento en que los musulmanes padecían todo tipo de dificultades en la Meca. Por otro lado, realizaba oraciones por los servicios prestados por sus sirvientes, invocando en una ocasión la protección de Dios sobre un compañero que vigiló su tienda de campaña al contraer matrimonio con una mujer judía, sospechando que pudiera ser perjudicado. También oró por otro servidor que le sirvió agua en otra ocasión. Por otra parte, devolvía con creces los préstamos recibidos, invocando las bendiciones divinas sobre sus prestamistas.

El Santo Profeta (p.b.D.) glorificaba y alababa a Dios al recibir buenas noticias, y también lo hacía al recibir noticias des- agradables, diciendo:

“ Glorifico a Dios en todas las circunstancias ”.

El Santo Profeta (p.b.D.) exhortó a su comunidad a invocar alabanzas a Dios por mínimas fueran sus mercedes, especialmente a la hora de mencionar el propio estado de salud. Recomendó recitar lo siguiente después de cada oración:

“ Señor mío. Concédeme la oportunidad de glorificarte , de ser agradecido, y adorarte del mejor modo ”.

También dijo:

“ Quien no muestra agradecimiento por favores pequeños, tampoco muestra agradecimiento por favores grandes, y quien no es agradecido con los hombres, tampoco lo es con Dios. Hay que agradecer siempre las mercedes de Dios, pues quien no actúa así incurrirá en la incredulidad y en la in- gratitud. La comunidad es una bendición, y la disensión es un castigo .”

Hazur dijo que para mantenernos alejados de las ambiciones del mundo, el Santo Profeta (p.b.D.) nos amonestó a dirigir nuestras miradas a quienes poseen un rango inferior a nosotros, pues de hacerlo, experimentaremos sentimientos de gratitud, y no a quienes poseen un rango superior, ya que en tal caso experimentaremos sentimientos de envidia, menospreciando las mercedes divinas.

Hazur concluyó su sermón leyendo unos extractos del Mesías Prometido, e instándonos a seguir el ejemplo establecido por el Santo Profeta (p.b.D.) y a cumplir sus mandamientos a través de la oración.

 

Kaleem Tahseen
Por Kaleem Tahseen agosto 30, 2021 13:00

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