Acontecimientos de la gran hospitalidad del Mesías Prometido (AS)
SIRAT HAZRAT MASIH-E-MAUD (ALEIHIS SALAM) SOBRE LA HOSPITALIDAD
Hazrat Sheik Yaqub Ali Irfani ha escrito algunas buenas anécdotas en su libro “Sirat Hazrat Masih-e-Maud (aleihis salam)” que acrecientan la fe. De este artículo, escribimos algunas anécdotas sobre la hospitalidad. Algunas de estas anécdotas distinguidas de la hospitalidad son:
La primera cualidad es que se alegraba mucho cuando venía un huésped y se esforzaba mucho para que este se encontrase cómodo. Él dio la instrucción a los Juddam (asociación de jóvenes) del Langar Jana que estaban al servicio de la comida, para que cuando viniera algún huésped le avisaran enseguida.
También dio instrucciones de preparar la comida según el gusto de cada país. Por ejemplo, si venía algún huésped de Madrás, Bangla Desh, o Cachemira, les preparaban arroz para comer. En esta ocasión, el Mesías Prometido (aleihis salam) decía: ¡cómo van a aprender estos huéspedes la religión, si no tienen buena salud!
En una ocasión, Seyed Mohammad Razvi Sahib, que era un abogado de la corte suprema de Hyderabad Dakkan vino con una Yamaat (grupo de gente) a ver a Hazur desde Hyderabad (Dakkan). Syed Sabih tenía especial entusiasmo y sinceridad con el Ahmadiat.
La gente de Hyderabad estaba acostumbrada a comer comida agria. Por eso, Hazur (aleihis salam) dio la instrucción especial de preparar diferentes comidas agrias, para que ellos no se sintiesen incómodos. Así mismo, Seth Ismael Adam Sahib vino de Bombay. Como él estaba acostumbrado a comer arroz, le preparaban por ello, arroz dos veces al día (“palao” y diferentes clases de arroz). En estos días, Hazrat Seth Abdur Rahman Sahib de Madrás también estaba en Qadian. En breve, Hazur cuidaba mucho para que los huéspedes no tuviesen ninguna incomodidad ni molestia en la comida.
En segundo lugar, también constituía un principio de Hazur que, cuando llegaba algún huésped, le ofrecía enseguida té, zumo o bebidas de yogur según la época. Después, enviaban preparar inmediatamente la comida. Si la comida no se podía preparar pronto, entonces se ofrecía al momento leche, pan, algún otro alimento ligero o fruta. En algunas ocasiones, preguntaba si les gustaría esperar para la comida o si quería que le trajese leche o alguna cosa ligera. Estos relatos no son uno o dos sino millares.
La tercera cualidad de su hospitalidad era que no le gustaba que se fuesen pronto los huéspedes, sino que le gustaba que se quedasen más tiempo, para que el huésped cumpliese el objetivo de su venida, comprendiese el mensaje de Hazur y no les dejaba que se fuesen pronto. Por eso, no les daba permiso pronto, sino que les decía que se quedasen más días, especialmente a los khuddam.
En una ocasión, vino con Hazur Hazrat Munshi Zafar Ahmad Sahib Qapur Thalwi. En esos días, trabajaba como lector del magistrado. Él vino por casualidad para uno o dos días. Sin embargo, cuando él pedía permiso para irse, Hazur decía que rapidez tenía para irse. Así pues, le obligó a quedarse un largo tiempo en compañía suya.
La cuarta cualidad del hospedaje era que nunca trataba al huésped para aparentar, sino que les trataban con mucha confianza. Él huésped se sentía como si estuviese sentado con sus cercanos y con sus amigos. Por eso, el huésped tampoco hacía pamplinas.
Hazrat Jalifa Nuruddin Sahib de Yammu (quien es un compañero de Hazur) realizó un servicio especial a la comunidad. Como por ejemplo, hizo un viaje a Cachemira para investigar sobre la tumba de Jesucristo. Se quedó bastante tiempo investigando sobre esto con sus gastos propios.
El escritor dice que en los días cuando Hazrat Maulana Nuruddin Sahib se fue a Malerkotla, yo vine a Qadián. Hazrat Masih-e-Maud (aliehis salam) tenía la costumbre de llamarme para comer juntos dos veces al día. Él (aleihis salam) y yo comíamos juntos y se quedaba sentado conmigo una hora y media y algunas veces hacía algunas bromas ingenuas. En una ocasión, trajo una tetera llena de té y le dijo: “¡Khalifa Sahib, vas a beberlo tú!” Khalifa Sahib contestó: “Khalifa Sahib, ¿qué significa eso?” Dijo: “el té está prohibido beberlo en mi casa.” Khalifa Sahib dijo que se quedó aún más sorprendido. Al ver esto, Hazur (aleihis salam) dijo:
“esta prohibición es por salud, no es que se prohíba por la sharia, es porque mi esposa no se encuentra bien y no le sienta bien el té. Esto se puede considerar una broma. Así también, Hazur dijo a Khalifa Sahib que tomase el té con toda confianza, porque allí en casa nadie lo bebía. También Hazur pensó que como Khalifa Sahib había venido de Cachemira, allí la gente estaba acostumbrada a mucho té. Por eso, Hazur trajo bastante té y dijo: “esto vamos a terminarlo entre tú y yo”,
para que se sintiese en confianza para comer y beber todo lo que necesitase. Para que hubiese confianza, Hazur enviaba a que le trajesen de su jardín cestas llenas de moras. Así pues, llamaba a todos los huéspedes y comían juntos todos ellos. El que relata esto dice que cuando recuerda estos días benditos, siente pena en su corazón y sus ojos se llenan de lágrimas.
La quinta cualidad de su hospitalidad era que él no sólo se sacrificaba para que los huéspedes se sintiesen cómodos sino que no le importaba servirles a ellos.
Hazrat Maulvi Abdul Karim Sahib relata una anéctoda suya, que también publicó. Decía así: “hace cuatro años (1896 a 1900) la familia de Hazur había ido a Ludehana. Era el mes de junio. La casa estaba bien construida. Era mediodía y me tumbé en una cama que estaba allí. Hazur, en aquel momento, estaba andando tranquilamente. Yo me eché allí y me dormí. Cuando me desperté, vi que Hazur estaba echado debajo de mí cama en el suelo. Yo me levanté de la cama preocupado por respeto de Hazur. Hazur me preguntó con mucho cariño que por que me había levantado. Yo le contesté: “¿cómo puedo dormirme arriba, si esta Vd. Echado en el suelo?” Hazur contestó sonriendo:
“yo estaba vigilando, porque los chicos hacían ruido, para que no se estropease su sueño y les prohibía hacerlo”.
(Sirat Hazrat Masih-e-Maud (aleihis salam). Escrito por Hazrat Maulana Abdul Karim Tahir (pág.41)).
La sexta cualidad es que en 1950, Irfani Sahib dice: en el Jalas yo era el responsable de la comida de los huéspedes y también había otros amigos que me ayudaban. Ghulam Hassan Sahib Pishwri vino con sus compañeros y yo quería preparar algunas comidas especiales para ellos. De vez en cuando, Hazur estaba pendiente de la comida y de vez en cuando preguntaba cuanto tiempo faltaba para comer y que habían preparado. También, yo le dije que habíamos hecho unas comidas especiales para esa visita. Al escuchar eso, Hazur (aleihis salam) dijo:
“para mí todos son iguales. En esta ocasión, no tolero ninguna distinción ni diferencia en la comida. Para todos debe ser la misma.”
También, dijo más cosas y habló para gente de la comunidad y dijo:
“Como en los trenes, donde se extraen más ganancias en la clase más económica de vagones, así mismo para nuestros gastos de la Comunidad, viene una parte grande de la gente pobre. La clase pobre está progresando más en la Comunidad en cuanto al taqwa y pureza”.
La séptima cualidad de su hospitalidad era que Hazur (alihis salam) deseaba especialmente que mucho ahmadis viniesen con él y se quedasen largo tiempo. Desde luego, a él le gustaba que cualquier persona que viniese se quedase largo tiempo para que la gente que no fuese ahmadi, se convenciese de la verdad y los que fuesen ahmadis progresasen espiritualmente.
Hazrat Maulana Abdul Karim Sahib ha escrito sobre esta distinción: “A Hazur, jamás le gustaba que el khudamm se fuese de allí. Cuando venían, se ponía muy contento y cuando alguien le pedía permiso para marcharse, se lo daba, pero con disgusto.”
Le gustaba que la gente le viniese a visitar con frecuencia. En el Jalsa (diciembre de 1899) vino muy poca gente. Hazur lo lamentó y dijo que la gente todavía no sabe que el objetivo de que Dios me ha enviado no puede cumplirse, hasta que la gente no pueda venir con frecuencia y no se harten nunca de venir.
La persona que piensa que viniendo es una carga para nosotros, debe temer a Dios. Él esta asociando copartícipes a Dios. Nosotros tenemos esa fe, que si todo el mundo viniese y se hiciese nuestro huésped no constituye una carga para nosotros, porque Dios es nuestro sustentador. La presencia de nuestros amigos, constituye una alegría; pensar lo contrario de esto yo lo considero una manía satánica que hay que borrarla de la mente, por que yo he oído decir que esto supone una molestia para Hazur que estemos aquí comiendo y bebiendo como vagos.
En una ocasión, Hakim Fazl Deen Sahib dijo que si me ordenara que fuese a Bhera, allí enseñaría Darse Qur’an porque aquí, sin hacer nada es como si pecase perdiendo el tiempo, porque siento vergüenza de estar aquí con Hazur sin hacer nada. Al escuchar eso, Hazur contestó que eso es una gran Yihad, estar aquí sin hacer nada y, estar sin hacer nada es un gran trabajo. Después, expresó mucha pena por la gente que no venía menudo.
(Sirat Masih-Maud (aleihis salam). Escrito por Hazrat Maulana Abdul Karim, pág.50)
Brevemente, Hazur sentía mucha alegría cuando venían los huéspedes, sentía alegría al encargarse de la manutención de lo huéspedes y también deseaba que viniesen los huéspedes, que estos fuesen muchos y que viniesen con frecuencia.
Shahibzada Hazrat Mirza Bashir Ahmad Sahib escribió en su libro Siratun Mahdi que Maulvi Abdullah Sahib Sannouri relata: “Hazrat Masih-e-Maud (aleihis salam) estaba echado en una habitación que estaba al lado de Baitul fikar, estaba yo a su lado apretándole los pies, alguien tocó la ventana de la sala, no recuerdo quien era Lala Sharam Patt o Malawa Mal. Yo me levanté para abrir la ventana, pero Hazur se levantó deprisa y abrió la puerta, luego se sentó en su sitio, después dijo:
“Vd. Es huésped. El Santo Profeta Mohammad (la paz y bendiciones de Dios sean con él) ha dicho que hay que respetar al huésped”. (Tomo I, pág. 72).
Así mismo, en una ocasión, un negociante, quien era de Begwal (provincia de Kapurthala), vino con Hazur (aleihis salam) con un familiar para tratamiento médico. Cuando se enteró de su venida, Hazrat Masih-e-Maud (aleihis salam) le hospedó al huésped por todo lo alto y, le preguntó con mucho cariño por su dolencia y también le dijo a Hazrat Khalifatul Masih I que le cuidaran bien. No obstante, le dijo que durante el reinado de los Shiks iban muchas veces allí y debemos muchos favores de este pueblo de Begwal. Después de esto, Hazur trataba especialmente con cariño si venía alguien de ese pueblo.
Una vez, vino un maulvi que se llamaba Abdul Hakim (Nasir Abadi). Él era muy oponente del Ahamdiat. Era el mismo maulvi quien había hecho un debate en contra de Hazrat Masih-e-Maud (aleihis salam) en1892 y llevó con él todos los documentos del debate.
Hazur (aleihis salam) cuando se informó de su venida en Qadián, le hospedó en una habitación buena en casa de Hazrat Nawab Sahib. Éste, hizo su casa en Qadian, pero todavía estaba hecha de ladrillos. Él ordenó que se le atendiera bien y dijo que nadie le dijera nada para que se pudiera molestar. También, dijo Hazur que como él es oponente, si él alguna vez dice alguna cosa, hay que tener paciencia. El escritor dice.
“yo estuve presente en este debate, celebrado en febrero de 1882 y yo sabía que se llevó los papeles del debate y no se los devolvió”. Yo le dije: “Maulvi Sahib, yo le he estado buscando a Vd. Por lo menos, devuélvame los papeles de lo que escribió a Hazur”.
Maulvi Abdul Hakim pensaba que nadie le conocía. Y él, ya sabía que Hazur jamás le echaría en cara nada, para que él no se avergonzase. Al contrario, Hazur le trataba con toda cortesía y educación. Maulvi Sahib había venido con mucho entusiasmo para hacer un debate. Él hablaba en contra del Amadiat en su casa con mucho fervor. Nosotros escuchábamos su conversación y, tal como nos había ordenado Hazur, le seguíamos atendiendo con educación.
Finalmente, cuando yo le pedí los papeles del debate de Lahore, él muy pronto se marchó de allí. Aunque él había venido para oponerse al Amadita y lo continuó haciendo, pero como él era el huésped y, Hazur nos había ordenado que le diéramos buen hospedaje, nosotros obedeciendo y, este señor no hizo ningún debate y se marchó en silencio.
Una anee toda de Dr. Penal: un señor que era médico y misionero de Bannu. Esta persona era muy rica y trabajaba honoríficamente. Él extendió mentiras por Bannu y su alrededor. En una ocasión, él salió por turismo hacia India en bicicleta. No llevaba nada con él. Un chico musulmán también lo acompañaba. Él fue a Qadian y se quedó allí. Aunque él era cristiano y era enemigo de la Comunidad Ahmadia, Hazur le dijo al encargado del Langar Khana y a otros personales, que cuidasen muy bien a ese señor en cuanto al hospedaje e, hicieran toda clase de cuidados. Cuando él se fue a Bannu, escribió en un periódico llamado “Tofa sar hat Bannu” acerca de la buena hospitalidad de Hazur (aleihis salam) y él lo mencionó.
Era costumbre de Hazrat Masih-e-Maud (aleihis salam) dar instrucciones especiales cuando venían los huéspedes.
En una ocasión el 25-12-1903, cuando vinieron muchos huéspedes de fuera, Hazur llamó a Mia Nallmud-Din Sahib, que era el encargado del Langar Khana y dijo:
“Mire: han venido mucho huéspedes. Vd. Conoce a algunos y a otros no. Por eso, lo correcto es que Vd. Los trate a todos con respeto. Como hace frío, haga té para todos. Yo tengo confianza con Vd. y pienso bien de Vd. que da comodidad a los huéspedes; tratadles muy bien a todos. Si hace frío en alguna casa, enciendan fuego con carbón y leña y Vd. será el encargado de eso”.
(Diario Al-Badr. 8 de enero. Página 403)
Esto no acontecía una vez. Siempre amonestaba. Algunas veces, decía que como yo les he dicho, si hacen negligencia, Vds. Van a contestar a Dios.
Así, el 22-10-1904 dijo:
“Hay que decir al encargado del Langar Khana que cuide de la necesidades de cada huésped, pero como él está solo y hay mucho trabajo, es posible que no tenga en cuenta todas las cosas. Por eso, que alguna otra persona se lo recuerde. Todos los huéspedes son iguales. No tiene que ocurrir que si alguien tenga la ropa sucia, no sea atendido bien. Nuestra obligación es que tengamos en cuenta la necesidad de cada uno. Hay veces en que uno no sabe dónde está el cuarto de baño y sufre. Por eso, es necesario que cuiden bien de las necesidades de cada huésped. Yo me encuentro con frecuencia delicado de salud. Por eso, he puesto como mi representante a algunas personas. Es obligación de ello que no tenga quejas nadie”
(Diario Al Hakam. 24-11-1904. Página 201. Libro Sirat Hazrat Masih-e-Maud (aleihis salam) escrito por Yaqub Ali Irfani. Páginas 151 hasta 164)